Musica Clasica y Marchas Militares


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viernes, 13 de noviembre de 2009

marcharemos nosotros


marcharemos nosotros,
¡Por Adolf Hitler, luchamos!
Al frente rojo, ¡partidlo en pedazos!
iSA marcha! ¡Atención! ¡La calle libre!
EL JUDIO
Los judíos no forman una raza autónoma sino que son un pueblo en el que se han encontrado diferentes razas, entre otras la proasiática y la oriental.
El Führer dijo, del judío que forma el contraste más formidable con el ario y continúa: "Seguramente en ningún pueblo del mundo el instinto de autoconservación está más fuertemente desarrollado que en el así llamado “elegido". Es y sigue siendo el parásito típico, un parásito que como un bacilo se extiende cada vez más en cuanto una base de cultivo favorable invita a ello. Con todos los medios trata de corromper los fundamentos raciales del pueblo a someter...
El historiador Mommsen designó al judaísmo como "fermento" de la descom¬posición, esto es como portador de la corrupción, y así es en efecto. En todas partes donde el judío se anida, ya sea entre los alemanes, los franceses, los ingleses o en otras partes, es siempre judío y no alemán, francés o inglés. Tampoco quiere formar un Estado propio en el país propio, no piensa realmente en asentarse en un territorio propio** porque debería labrar la tierra, trabajar con el sudor de su frente, pero esto no está en la naturaleza del judío. Con el menor esfuerzo quiere siempre y en todas partes sacar la máxima ganancia posible, por eso lo encontramos allí donde sin trabajo puede enriquecerse,
* Bandera en alto. las filas bien apretadas (N. del T.)
** En el Estado de Israel levantado sobre tierras robadas a los árabes sólo reside una minoría. Por otro lado, su creación obedece al espíritu de venganza frente al mundo no-judío Y a la necesidad de contar con un excelente camuflaje para que el resto de los judíos operen en el seno de los pueblos, aparentando no ser ya internacionalistas. Cabe hacer notar que este Estado artificial vive en permanente déficit y que sin el auxilio de la alta finanza Judía mundial no podría subsistir. Es obvio que ésta obtiene sus recursos de la explotación sistemática de todos los pueblos. ¡Este es el "milagro" del Estado de Israel (N. del Editor).
en la Bolsa, en el comercio y en la economía. Esto es lo que diferencia funda¬mentalmente al judío del ario, aquél es el rapaz, éste el productor. El ario plasma valores; es el ser humano eternamente creativo, el judío aquél que no produce sino que sólo procura vender lo más caro posible los valores que otros crearon. El uno trabaja, el otro negocia los frutos del trabajo, realiza usura con ellos y explota a los productores. En todas partes donde se trabaja pesadamente, en el arado, junto al torno, en la fábrica, no se halla al judío, fiel a su esencia y su concepción que le hace sentir el "trabajo con el sudor de la frente" como maldición. Uno de los objetos de especulación más apreciados es para el judío la tierra. Miles de campesinos de viejo arraigo fueron despojados por el negociante en tierras judío mediante intereses usureros de su campo y su vivienda. Para arruinar la artesanía honesta y el comerciante no-judío, el judío inventó las grandes tiendas con sus sucios métodos comerciales. El judío de la gran tienda trata de engañar con mil tretas y artimañas al comprador, trata de deslumbrar con baratijas y fruslerías, pero lo que ofrece es mercadería de mala calidad. La propaganda es para él lo más importante, y como ésta es muy costosa debe ahorrarse en la calidad de la mercadería. En todas partes donde el judío aparece se apodera de las finanzas. Ha dejado siempre de lado todo aspecto moral y hecho de la codicia el elemento dominante de la economía.
En todas partes donde se puede obtener fácil ganancia se introduce el judío. Por su dominio político se convirtió en proveedor del Ejército, él fue la fuerza decisiva en las sociedades comerciales de guerra que brotaban como hongos del suelo.
Un rol pernicioso desempeñó la judería en Alemania en la política. Desde los comunistas hasta los Nacional-alemanes alcanzaban sus relaciones. En todas partes habían sabido introducir a su gente y no pasó mucho tiempo hasta que tuvieron los hilos en la mano y marcaron el rumbo. Bajo Guillermo II eran habituales los judíos de corte, entre ellos Ballin, los dos Rathenau, Simmon, etc. El Káiser en los últimos años no resolvía nada sin consultar a Ballin. La constitución de la República de Noviembre fue obra del político judío Preuss. Funesta e increíble fue la influencia que la judería logró sobre todo después del derrumbe de 1918, en el que igualmente tiene considerable participación. El problema del marxismo es una parte del problema judío. Karl Marx mismo provenía de una familia de rabinos y se llamaba en realidad Mardochai. El materialismo más craso es lo característicamente judío en sus obras. El fundador del partido marxista alemán, SPD,* fue el judío Ferdinand Wolfsohn, que se llamó luego Loslauer y finalmente Lassalle. Entre los dirigentes judíos extraordinariamente numerosos de ambos partidos marxistas, SPD y KPD no se encontraba ninguno que hubiese sido obrero. Los judíos estaban en los consejos, en los periódicos y en las escuelas del partido. El judío Kautsky publicaba el semanario social demócrata Die Neue Zeit** En 1915 se formó el SPD independiente, que organizó las huelgas de los obreros de las fábricas de municiones, siendo así culpable de la muerte de miles de alemanes: Sus fundadores

*Sozialdemokratische Partei Deutschlands=Partido Socialdemócrata alemán. (N. del T.)
** Tiempo Nuevo. (N. del T.)
y dirigentes eran los judíos: Haase, Bernstein, Kautsky, Hilferding (quien más tarde llegó a ser ministro de finanzas y provocó la inflación), Hertz, Wurm, Luxemburg, Hoch, Cohn, Davidsohn, Herzheim, Eisner, Levy y muchos otros.
"Hemos inducido a nuestra gente que iba al Frente a la deserción. A los desertores los hemos organizado, munido de documentos falsos, de dinero y de volantes sin firma. Hemos enviado a esta gente hacia todos los puntos cardinales, sobre todo de nuevo al Frente, para que actuasen sobre los soldados y desmo¬ralizasen el Frente, y así el desmoronamiento se ha realizado en forma paulatina pero segura", confesó el miembro judío del Consejo de Soldados, Water, en Mag¬deburg en 1919. Con la Revuelta de Noviembre la judería tuvo completamente libre el camino para su poder exclusivo. Al "Consejo de los delegados del pueblo" pertenecían los judíos Landsberg y Haase. Simmon llegó a ser ministro de finanzas prusiano. En los ministerios y organismos de prensa pululaban los judíos. En 1930 se realizaron en Berlín cursos organizados por el SPD para la formación cultural del obrero. Como maestros actuaban 13 judíos y tres alemanes. También la literatura partidaria estaba dominada por el judaísmo. Tal como en el SPD, el judaísmo actuaba en forma no menos consecuente en el KPD y en el bolchevismo. Los bolcheviques, que en Rusia tienen a millones de seres humanos en su conciencia, eran judíos, y más precisamente en parte
judíos que antes habían jugado un rol en el SPD alemán, así, p. ej., Trotsky (Braunstein). En el Consejo, de los Comisarios del Pueblo había 17 judíos entre 22 miembros. También el judaísmo llevaba la voz cantante en las asociaciones pacifistas, con las que trabajaba estrechamente el Reichsbanner*. Que el judío se había adueñado en los últimos decenios de casi la totalidad de la prensa alemana es harto conocido. Él dirigía la opinión pública y lanzaba las flechas envenenadas de su odio contra todo lo que era alemán y prusiano. Igualmente conocidos son los nombres de los canallas y criminales judíos Barmat, Kutisker, Sklarek y del cabecilla del hampa norteamericana Jack Diamond. Pero dondequiera que fuesen aprehendidos criminales judíos, la judería gritaba y gemía, azuzando en cambio tanto más rabiosamente contra aquéllos que por motivos enteramente nobles habían eliminado a los traidores de la Patria.
Un rol funesto jugaba el judaísmo en la cultura alemana, en el teatro, la música, la literatura, etc. Lo patológico, degenerado, criminal y anormal triunfaba en todo sentido. Había que ser sádico, masoquista y homosexual. 421 veces fue representada la pieza Jonny spielt auf en los escenarios judíos de Alemania, que glorifica la mezcla de razas y el robo. Piezas de burdel estaban a la orden del día y con ellas música de negros y poesía judía. Judaizado estaba el film, judaizada la radiodifusión. Hasta en la gimnasia y en el deporte imperaba el judío. Especialmente significativo era su actuación corruptora en la ciencia. El profesor universitario judío Gumbel era el que acuñó la frase del “campo del deshonor".
* Estandarte del Reich. Esta organización de hampones y terroristas que fundada en 1924 para la protección de la República judeo-bolchevique-capitalista, surgida de la gran traición de noviembre de 1918. (N. de] T.) .
** Para referirse al campo de batalla que desde antiguo el ario ha denominado “campo del honor". (N. del Editor).
La naturaleza judía está en la oposición más crasa a la naturaleza del alemán. El judío es el materialista más radical, el alemán el idealista más creyente. El judío observa todo solamente con el ojo del comerciante tasador. Si el alemán se encuentra en un bosque experimenta recogimiento y solemnidad, el judío tasa el valor de la leña. (En un colegio el maestro y los alumnos observaban la primera caída de nieve: Un condiscípulo judío exclamó: "Señor maestro, si todo esto fueran monedas de oro ... !” Este conocido episodio habla por sí mismo).
El judío fue nuestro infortunio. El formó un Estado en el Estado y como tal tuvo participación decisiva en la corrupción del pueblo anfitrión, él destruyó lo heroico, puro y noble en el pueblo y puso en su lugar su espíritu de comerciante y mercachifle. El fue el espíritu del mal en nuestro pueblo.
No debe pensarse que el judío por el bautismo se transforme en otra persona. De la misma manera que un perro de la calle mediante agua no puede transformarse en un noble perro ovejero, tampoco un judío mediante el bautismo puede racialmente devenir otro. El judío sigue siendo pues judío. Por eso también es erróneo hablar del judaísmo como de una comunidad religiosa
El judío Münzer en un momento de debilidad reveló abiertamente la ruta y la meta de la campaña de destrucción judeo-bolchevique: "Nos hemos intro¬ducido como carcoma en los pueblos, infiltrando y envileciendo a las razas, hemos quebrado el vigor, vuelto todo blando, putrefacto, agusanado, con nuestra cultura desvirtuada".
El nacionalsocialista rechaza al judío con toda decisión. Ve en él al gorrón y parásito, reconoce en él al peor y más peligroso enemigo de la idiosincrasia y de la mentalidad arias. Esto el nacionalsocialista no lo olvida nunca, jamás. Pero no ve su misión en insensatas destrucciones e invectivas, sino en la incansable tarea de esclarecimiento sobre él judío.
La toma del poder por el nacionalsocialismo quebró la influencia del judaísmo. Esto no debe conducir a que ahora descansemos en una actitud contemplativa. El judío es suficientemente astuto como para probar, siempre de nuevo, a través de senderos torcidos, de conquistar en forma fraudulenta nuevamente las posiciones perdidas.
El grito de ¡Alemania despierta! no debe extinguirse jamás en lo que respecta a la cuestión judía.

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